Abrí los ojos y estabas ahí, rehusándote a abrir la ventana, decías que le tenías miedo, que era un abuso observarte, que prácticamente era una ñoñeria y que te incomodaba, que bastaba con solo hablar y escribir, que no tenia sentido.
Debieron pasar cerca de 50 años en que insistí visitarte en tus vírgenes aposentos, y yo seguía ahí, incluso de pesado lo hacía, casi atrevido, intentando traspasar la barrera de tus manos que mantenían con llave la ventana. Me preguntaba que tratabas de esconder tan celosamente, corrían en frente de mis ojos mil escenas, espacios y lugares.
Me pregunté también como eras en tu refugio, y no tardaron en llegar las respuestas, obviamente siempre tuve la ilusión de conocerte, de saber si eras o no aquel ángel que constantemente aparecía en mi almohada, ya que esta se roba mis sueños y al despertar no me acuerdo de nada, menos mal, estaría loco.
El soñaba con verte, inmaculada, un tanto nerviosa, invadida por el lente, insegura y un poco nerviosa y haciéndote la interesante, de hecho lo haces y sonríes siempre, pícara y sensualmente aunque digas que no es así, y que lo mirabas a través de tu chasquilla, desde lo profundo de tus grandes ojos y la verdad es que si, el moría cada vez que lo hacías. Pero esta vez no había chasquilla, de haber tenido tu pelo negro largo separado en ambos costados de tu cuello, lo arreglaste para dejar en evidencia la hermosura y brillantez de tu piel.
Esta impávido, casi estúpido tratando de dibujar la silueta de tu hombro llano, descubierto por tu pelo, donde contadas veces ha caído, deslizándose tu polera, tu pijama, no te das cuenta, pero le has provocado que admire con mas detención tu cara, tus ojos, tu boca, y se le apreta la guata pensar que te podría besar, tus labios, tus hombros, tu cuerpo una vez mas, ríe de nervioso, suda.
Lleva horas observándote, admirándote como una estrella fugaz, no para de sonreír al notar que sabes que te mira, juegan a mirarse, se hacen los locos, los interesantes, pero viven pendientes, uno con el otro, así de cómplices.
Ya habías perdido todo el nerviosismo provocado por aquel lente invasor, te desenvuelves de una manera tan natural que hasta el mas insensible de los mortales sucumbiría, y lo bueno es que no te das cuenta, y el se vuelve mas loco, mas detenidamente te observa y no para de sonreír y trata de despistarse escribiendo un cuento, escucha su música, se enreda, se pone nervioso y lo único que piensa es en que no cierres tan pronto la ventana.
Mueves tu pelo, incluso yo diría, para embobarlo, quizás es sin intención , pero lo embobas cada vez que descubres mas aun la parte que va desde la línea de tu hombro hasta el costado derecho de tu cuello y lo miras y lo provocas, quizás con esa naturalidad que te caracteriza en estos momentos, inconcientemente.
No quiere que te vayas susurra, es tan adicto a ti, como a su droga favorita, podrían estar noches enteras juntos sin aburrirse (eso ni yo lo se, pero es probable que así sea) hablando estupideces y otras no tanto, descubriendo esa atípica amistad que los une, descubriéndose los dos, juntos y por separado y ninguno sabe porque lo hacen.
El te extraña y eso lo sabes, se extrañan y ambos lo saben, y no hacen nada, un tanto absurdo, las reglas de la vida imponen ciertos respetos, pero en las manos esta infringir la ley, no en sus cabezas ni en sus palabras y eso lo saben y eso les pesa, le pesa la distancia pero mas les pesa la cercanía, porque saben que se unen cada vez mas mirándose con la verdad, que su amistad ya sobrepaso los límites (eso lo saben bien) y se jactan de tener ventaja, de sus vidas y de lo que les pasa juntos, porque separados lo único que les pasa es que se extrañan.
Y así, tu en tu ventana y yo en la mía, pensando que estas viendo de mi, lo sé, parezco idiota talvez, esperando que nunca llegue a destino aquel disco que te regale, estirando lo mas posible la conversación, y te veo caer en sueño y no puedo hacer nada mas que resignarme, a levantarme mas tarde, a dormir menos o ver la película que aplacé.
Tanto tiempo que no se ven y aun le suceden cosas, a ambos.
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